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sábado, 23 de junho de 2012

Purgatorio, la busca por el perdón


‘Purgan’ Edith y Julio sus culpas 



FOTO: OMAR RAMÍREZ
Edith González y Julio Bracho interpretaron a una pareja que enfrenta sus miedos para que el perdón mutuo logre salvarlos.


 



FOTO: OMAR RAMÍREZ El ambiente se matizó con la guitarra de Rolf Petersen y el violonchelo de Ina Velasco, la intriga se encaminó con sus notas.



FOTO: OMAR RAMÍREZ Una sala de hospital con una cámara registrando cada momento; la mujer adopta el papel de entrevistadora, ahora, un hombre busca el perdón por haberse quitado la vida.



FOTO: OMAR RAMÍREZ Finalmente los 2 se enfrentan, desnudan sus culpas y reconocen el daño provocado por mantener el amor, casi enfermo. 


FOTO: OMAR RAMÍREZ El ambiente se matizó con la guitarra de Rolf Petersen y el violonchelo de Ina Velasco, la intriga se encaminó con sus notas. JUANA CRESPO ARRONA NOTA PUBLICADA: 21/6/2012 

 La limpieza del alma y el cuerpo duró poco más de hora y media; el Teatro Manuel Doblado se convirtió en el “Purgatorio” de una pareja que intrigó -en su primera función- a poco más de 900 asistentes. Edith González y Julio Bracho prestaron sus cuerpos a un hombre y una mujer que se enfrentaron en busca del perdón mutuo; un cuchillo, un jarrón, los hijos, un amante y el propio cuerpo, fueron piezas clave en la obra escrita por el argentino Ariel Dorfman. 

La obra del director Salvador Garcini (“La fea más bella”, “La que no podía amar” y “El premio mayor”) se presentó con 2 funciones con un lleno regular; causó intriga en unos, pesadez para otros, la obra se distribuyó en 3 momentos clave que mostraron la calidad actoral de los intérpretes. 
La escena comienza cuando “La mujer” reprocha el encierro a su entrevistador: una especie de médico con un contraste de bata blanca y ropas negras, que le ruega y en ocasiones exige, exorcice de su cuerpo la pesadez de sus actos criminales. 


El amor es el eje de todo; la venganza la justificación por mantenerlo. La delgada mujer se pasea sobre el escenario, desesperada, en busca de una respuesta que está a punto de romper el lazo que la unió a su hombre. “Usted me ha dicho el famoso proverbio chino: si una mujer quiere vengarse cava 2 tumbas... no sé cómo sacármelo de la piel, su recuerdo me atormenta, el pensar que está con otra mujer y sólo pude dañarlo haciéndole lo que le hice a mis hijos, si le digo que me perdone, ¿esto puede terminar?”, dice la mujer y a la vez cuestiona las preguntas de su entrevistador. “¡Imagine que soy él!”, dijo el hombre. “Usted no se parece en nada”, contesta la mujer. “¡Imagine!”, reta el hombre. 

Un nuevo clímax tiene lugar con un intermedio que introduce el tormento de otro individuo. 
La trama siguió en silencio, en ocasiones unas risitas se escaparon del público, por situaciones espontáneas de la obra. El ambiente se matizó con la guitarra de Rolf Petersen y el violonchelo de Ina Velasco, la intriga se encaminó con sus notas. “Él me dejó, dice que lo hizo por mi bien: ‘Es por tu propio bien’. Él me volvió loca”, justifica la mujer que se pone unos guantes negros para explicar el porqué de sus actos. 

Una sala de hospital con una cámara registrando cada momento; la mujer adopta el papel de entrevistadora, ahora, un hombre busca el perdón por haberse quitado la vida. Los 2 cometen un mismo crimen, todo gira en torno al amor de pareja, esposo y padres, el precio que hay que pagar por mantenerlo, la mujer asesina a su padre, hermano, hijos y amante de su ex marido; el hombre, desesperado, se quita la vida, los 2 se encuentran en 2 mundos entre la tierra y el limbo. “Quiero nacer, tener una oportunidad como los niños, volver a caminar, reír”, exclama él. Finalmente los 2 se enfrentan, desnudan sus culpas y reconocen el daño provocado por mantener el amor, casi enfermo. 

La mujer lucha por mantener, incluso en la muerte, el lazo que los une; el hombre, inconsciente, lo irrompible hasta la muerte... ambos se encuentran como jurado uno del otro y consienten sin palabras en que el perdón hace que el crimen nunca haya ocurrido. Momentos clave La amenaza con un cuchillo. Las entrevistas entre personajes. 
El asesinato de los hijos. El perdón por el suicidio. Los sonidos guturales. La ejecución de cuerdas, tambores y sonidos instrumentales para acompañar la escena. 

Edith González Es una de las actrices más reconocidas en el medio por su participación en telenovelas como: “Los ricos también lloran”, “Corazón salvaje”, “Nunca te olvidaré” y “Salomé”, entre otras. En teatro ha protagonizado puestas como: “Aventurera” y “Buenas noches, mamá”, con las que marcó récord en taquilla. Participó en el reality show “Bailando por un sueño” y en la serie “Mujeres asesinas”. Julio Bracho Reconocido actor, participó en telenovelas como: “Retrato de familia”, “Azul”, “Pueblo chico, infierno grande” y “La antorcha encendida”. Conductor del reality “Fear factor” y en cine: “Siete días”, “Eros una vez María”, “Casi divas” y “Bajo la sal”. 

En teatro ha actuado en obras como: “Juegos profanos” y “Titus Andrónicus”, entre otras. Rolf Petersen En la guitarra, la escena estuvo a cargo de Petersen, quien es autor de más de 50 canciones destinadas a producciones de teatro y televisión. Su participación en telenovelas fue en “Amor en custodia”, “Amor sin condiciones” y “Mirada de mujer, el regreso”, sólo por mencionar algunas. Ina Velasco En el violonchelo estuvo Ina, quien ha formado parte de diversas agrupaciones como: Ensamble Moto Perpetuo, Orquesta Euterpe, The Cello Mellow, Kalevala y Alauda Ensemble Cello Academia. Actualmente realiza labor docente en la Escuela de Iniciación a la Música y a la Danza del CCOY y la Escuela Superior de Música del INBA. 

Fuente-A.M

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